10:20 a. m.
Y LA HOCECILLA2 DE JULIO DE 2.006
Los Lomoloberos:
Pablo (Presi), Pablo (SER), Miguel Montero, Juanito, Isidoro, Manuel Fernández (ACG-Madrid) y Gabriel Cebrián.
Cómo nos fue:
Salimos desde Cuenca por la gratificante Senda del Agua hasta el Puente de Valdecabras. Carreteamos unos kilómetros y nos desviamos por el camino de los Altos del Arriadero. La primera rampa de toma de contacto es de aúpa, pero nada comparado con el pedregal de subida al Cerro de Valdemorillo.
Un alto en el camino para reponer fuerzas ya que la subida ha sido dura y calurosa. Aprovechamos la sombra de las rocas para cobijarnos del sol que está apretando de lo lindo.
Una barrita energética y unos chascarrillos y de nuevo a rodar. El regreso a Cuenca nos depara un descenso emocionante y trialero hasta el Júcar por la pedregosa Loma de los Lobos, por la que entramos en La Hocecilla. La bajada no es tan rápida como en otras ocasiones debido a la erosión y los restos de una saca de pinos reciente. Aún así, disfrutamos de lo lindo en este inhóspito barranco.
Ya junto al río, cogemos las sendas y caminos de los cotos de pesca hasta El Chantre y, a continuación, la senda del Cerro de Tortas. De nuevo en el Camino del Agua, propongo subir al Cerro de San Cristóbal para caer a Cuenca por la trialera del Repetidor. Mucho más cómodo hubiera sido seguir junto al río, pero el grupo es escalador y, sin dudarlo, metemos hierros y nos disponemos a subir los 6 duros kilómetros que nos separan de la cima. Algún tramo pestoso con incómodas piedras y un calor sofocante con escasas reservas de agua hacen más dura la subida.
Caemos bruscamente por la trialera del Repetidor hasta la parte alta de la ciudad. La gran pendiente y las piedras ponen a prueba nuestra técnica en este tipo de terreno y sin más dilación nos metemos unos porrones en El Caserío que nos saben a gloria.
Hasta el domingo que viene.
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