9 DE JULIO DE 2.006
Los que no tuvimos miedo a la ola de calor:
Pablo (SER) - Juanito (El Friji) - Miguel Montero - Eduardo Seligrat - Félix González - Carlos Villar.
Cómo nos fue:
Buena decisión la de salir con la fresca a las 8 de la mañana porque si no, en la subidita a La Nava por el Cerro del Ajibe nos hubieran sobrevolado los buitres buscando "pajaritos".
Larga ascensión muy rota y pedregosa nos hace romper a sudar. Juanito se quita el casco para hiperventilar el cerebro que ya le empieza a hervir y Félix se despoja del maillot dejando una espalda al sol que seguro que todavía muestra las marcas de la mochila y de la cinta del pulsómetro. La verdad es que la temperatura es sofocante.
En el Collado de la Nava cogemos el camino que nos acercaría a los Manantiales del Cambrón, pero nuestro objetivo es otro esta vez y pronto lo abandonamos en busca del Prado de los Esquiladores. El paisaje cambia y las sabinas cobran protagonismo en estos caminos de arena rojiza.
Antes de llegar al Prado de los Esquiladores, nos detenemos en la Sima de la Graja, donde en otra ocasión yacía una cabra muerta, por lo que la rebautizamos como la Sima de la Cabra y nos asomamos a su boca intentando escudriñar su profundidad en la oscuridad.
Una solitaria hoz que un día nos enseñó Fito es una buena excusa para hacer un alto en el camino, aunque muy breve ya que un ansiado baño nos espera en La Toba que ya tenemos a tiro de piedra.
Rodeamos el Cerro de Monteagudillo para caer trialeando hacia La Toba en un descenso divertidísimo, con alguna zona técnica en la que debemos sortear losas de piedra y escalones.
Los marineros gritan "Tierra" y nosotros gritamos ¡¡ Aguaaa !!. Por fin hemos llegado. A pie de embalse nos comunicamos a voces con Pablo (el Presi) que anda acampado por las rocas de la orilla opuesta y tras el bañito reconfortante iniciamos el regreso hacia Cuenca.
El regreso es muy veloz. Hasta ahora hemos combinado caminos duros y muy rotos y trialeras, pero ahora rodamos por buen firme donde, a plato grande, van pasando los kilómetros sin darnos cuenta. Por la Casa del Caballero, el Alto de los Perejiles y Palomera, llegamos a Cuenca, justo a la hora de las cañas, tras 85 intensos kilómetros. El grupo ha "rodado de cine" y hemos disfrutado como niños de una emocionante jornada de BTT.
Hasta el domingo que viene.
1 comments:
Apasionante todo el entusiamo que pones Pablo a la vida, al disfrute pleno de naturaleza, deporte, compañía,... Enhorabuena por compartir estos momentos con quienes más te apreciamos. Un abrazo, Ricardo.
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